Nuestro querido Papa Francisco nos dice:
Es verdad que María es la que sabe transformar una cueva de animales en casa de Jesús con unos pocos trapos y una montaña de ternura, y es capaz también de hacer saltar a un chico en el seno de su madre como nos cuenta el evangelio.
Ella es capaz de darnos la alegría de Jesús, María es fundamentalmente MADRE, porque?, porque nos trajo a Jesús.
No se puede concebir otro título de María que no sea Madre, Ella es por sobre todas las cosas LA MADRE, porque engendra a Jesús, y nos ayuda con la fuerza del Espíritu Santo a que Jesús nazca y crezca en nosotros, es la que continuamente nos está dando vida, es Madre de la Iglesia, es maternidad, no tenemos derecho y si lo hacemos estamos equivocados a tener psicología de huérfanos.
El cristiano no tiene derecho a ser huérfano, tiene Madre, tenemos Madre, una Madre que no solo nos da la vida, sino que nos educa en la fe.
Es distinto buscar crecer en la fe sin la ayuda de María, es otra cosa es como crecer en la fe en la Iglesia orfanato, una iglesia sin María es un orfanato.
Entonces Ella educa, nos hace crecer, nos acompaña, toca las conciencias, como ¡sabe! tocar las conciencias para el arrepentimiento y es una verdad muy grande una teología muy grande, una madre cuida a su hijo hasta el fin y trata de salvarle la vida hasta el fin.
Boletín de noviembre
Un devoto de la Virgen María no se condena.
Durante toda la vida, María sabe tocar las conciencias y nos acompaña y nos ayuda, María es la que ayuda a bajar a Jesús, en el abajamiento de Jesús, lo trae del cielo a convivir con nosotros, y es la que mira, cuida, avisa, está.
En los momentos de turbulencia espiritual no queda otra que acogerse bajo el manto de la Santa Madre de Dios, es la que protege, defiende es la que sale corriendo con el chico en brazos para que el dragón no lo devore.
Por más que conozcamos a Jesús, nadie puede decir que es tan maduro para prescindir de María, nadie puede prescindir de su madre.
Es verdad que María es la que sabe transformar una cueva de animales en casa de Jesús con unos pocos trapos y una montaña de ternura, y es capaz también de hacer saltar a un chico en el seno de su madre como nos cuenta el evangelio.
Ella es capaz de darnos la alegría de Jesús, María es fundamentalmente MADRE, porque?, porque nos trajo a Jesús.
No se puede concebir otro título de María que no sea Madre, Ella es por sobre todas las cosas LA MADRE, porque engendra a Jesús, y nos ayuda con la fuerza del Espíritu Santo a que Jesús nazca y crezca en nosotros, es la que continuamente nos está dando vida, es Madre de la Iglesia, es maternidad, no tenemos derecho y si lo hacemos estamos equivocados a tener psicología de huérfanos.
El cristiano no tiene derecho a ser huérfano, tiene Madre, tenemos Madre, una Madre que no solo nos da la vida, sino que nos educa en la fe.
Es distinto buscar crecer en la fe sin la ayuda de María, es otra cosa es como crecer en la fe en la Iglesia orfanato, una iglesia sin María es un orfanato.
Entonces Ella educa, nos hace crecer, nos acompaña, toca las conciencias, como ¡sabe! tocar las conciencias para el arrepentimiento y es una verdad muy grande una teología muy grande, una madre cuida a su hijo hasta el fin y trata de salvarle la vida hasta el fin.
Boletín de noviembre
Un devoto de la Virgen María no se condena.
Durante toda la vida, María sabe tocar las conciencias y nos acompaña y nos ayuda, María es la que ayuda a bajar a Jesús, en el abajamiento de Jesús, lo trae del cielo a convivir con nosotros, y es la que mira, cuida, avisa, está.
En los momentos de turbulencia espiritual no queda otra que acogerse bajo el manto de la Santa Madre de Dios, es la que protege, defiende es la que sale corriendo con el chico en brazos para que el dragón no lo devore.
Por más que conozcamos a Jesús, nadie puede decir que es tan maduro para prescindir de María, nadie puede prescindir de su madre.
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