Mensaje del Santo Padre Francisco para la
Jornada Mundial de las Misiones. “Junto a los jóvenes llevemos el Evangelio a
todos”
Cada hombre y mujer es una misión,
y esta es la razón por la que se encuentra viviendo en la tierra. Ser atraídos
y ser enviados son los dos movimientos que nuestro corazón, sobre todo cuando
es joven en edad, siente como fuerzas interiores del amor que prometen un
futuro e impulsan hacia adelante nuestra existencia. Nadie mejor que los
jóvenes perciben cómo la vida sorprende y atrae. Vivir con alegría la propia
responsabilidad ante el mundo es un gran desafío. Conozco bien las luces y
sombras del ser joven, y, si pienso en mi juventud y en mi familia recuerdo lo
intensa que era la esperanza en un futuro mejor. El hecho de que estemos en
este mundo sin una previa decisión nuestra, nos hace intuir que hay una
iniciativa que nos precede y nos llama a la existencia. Cada uno de nosotros
está llamado a reflexionar sobre esta realidad: “Yo soy una misión en esta
tierra, y para eso estoy en el mundo” (Exhort.ap.Evangelii gaudium,273).
Que
podamos en este mes de la familia rezar juntos para ser testimonios del amor de
Dios.
Padre Rubén